jueves, 23 de agosto de 2012

Un grupo de personas desorientadas - 2


un grupo de personas desorientadas
–Hola.

–Hola.

–Hola.
un tipo
Pasen.
un grupo de personas desorientadas
¡Nos estaba esperando!
un tipo

Sí.
un grupo de personas desorientadas
¡Qué honor!
un tipo
Yo no les voy a mentir. Yo les podría decir que ustedes no pueden irrumpir así en la casa de una persona e imponerle obligaciones y responsabilidades que no pidió, y que yo tengo muchas cosas que hacer y que tengo una vida de la que ocuparme. Pero la verdad es que estoy solo y mi vida es una mierda. No tengo nada que hacer. No me interesa nada. Pero entre todo lo que no me interesa, lo que menos me interesa de todo es convertirme en
un grupo de personas desorientadas
Maestro
un tipo
Maestro, sí, maestro de un grupo de
un grupo de personas desorientadas
–No le interesa.

–Es increíble.

–Es un genio.

–Tiene que ser nuestro maestro.

–Hasta ahora es el mejor.

¿No le interesa para nada?
un tipo
Para nada.
un grupo de personas desorientadas
¿Nada nada nada?
un tipo
No. Y ahora si me disculpan…
un grupo de personas desorientadas
–Nos está echando.

–Es un manantial de sabiduría.

–¿Y qué tenemos que hacer?

–Hay que insistir hasta que diga que sí.

–Esa debe ser la primera lección.

Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor. Por favor.
un tipo
Bueno, basta.
un grupo de personas desorientadas
–Flagelémonos.

–Eso, flagelémonos.

–¡Ay!

¡Ah!¡Aia!
¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Ay! ¡Por favor! ¡Uy! ¡Por favor! ¡Por favor!
un tipo
Bueno, está bien, paren.

Alguien que me explique cómo es.
un grupo de personas desorientadas
Nosotros venimos, lo escuchamos y usted nos enseña.
un tipo
¿Qué les enseño?
un grupo de personas desorientadas
–Lo que se le ocurra.

–Cualquier cosa.

–Donde hay sabiduría cualquier enseñanza es buena.
un tipo
¿Qué poder tengo?
un grupo de personas desorientadas
–¿Qué nos está queriendo decir?

–Es un enigma.

–Pensemos.

–Poder.

–¿El poder de enseñarnos?

–Sí, claro, él puede enseñarnos.

–Yo entiendo lo que dice. Lo que pasa es que no puedo ponerlo en palabras.

–Yo no. Pero ya voy a entender.

–Es tan bueno poniendo en palabras lo que uno no puede poner en palabras.

No entendemos, Maestro. Díganos la solución del enigma.
un tipo
¿Qué enigma?
un grupo de personas desorientadas
–Otro enigma.

–Éste es mucho más complicado.

–“¿Qué enigma?”

–Qué poder tengo.

–¿Vos?

–No. No sé quién.

–Ése es el enigma, justamente.

–¿Ése es el enigma?

–Yo no sé.

–Por eso él después pregunta “¿Qué enigma?”

–Para que nos demos cuenta de que hay más de un enigma.

–¿Qué es un enigma?

–En una de esas un enigma responde el otro enigma.

–Él pregunta “¿Qué enigma?” como queriendo darnos a entender que lo que planteó antes no era un enigma.

–Entonces ya no hay dos enigmas.

–Hay uno solo. 

Pero tampoco, porque si el primer enigma no es un enigma entonces el segundo enigma tampoco es un enigma.
–Pero si el segundo enigma no es un enigma entonces el primer enigma sí es un enigma.

–Y si el primer enigma es un enigma entonces


¡No entendemos, Maestro!
un tipo
No importa. Si yo les voy a enseñar quiero que me paguen. Sesenta pesos por mes. Cada uno. ¿Les parece bien?
un grupo de personas desorientadas
Sí.
un tipo
Les tendría que haber pedido setenta y cinco.
un grupo de personas desorientadas
Sesenta nos parece bien.
un tipo
¿Me pagan ahora?
un grupo de personas desorientadas
No. Mejor la semana que viene.
un tipo
Bueno. No hay problema.
un grupo de personas desorientadas
–¿Qué hora es?

–¡Uy, mirá la hora que se hizo!

–Chau.

–Chau.

–Chau.

(Continuará.)

No hay comentarios: