miércoles, 4 de julio de 2012

El conflicto como fuente de inspiración

Una de las cosas que escribí hace dos años y no llegué a publicar. La leo ahora y me parece que no está tan mal, así que ahí va.

Exagerar. Maximizar el conflicto para reconocerlo. Tomar cualquier conflicto pequeño y convertirlo en algo terrible.
El conflicto dispara la creatividad. Es casi inevitable. Nótese lo fàcil que nos resulta quejarnos.

Por ejemplo. Brevemente.
Viajo parado en el colectivo. Me duelen los pies. No doy más. Necesito sentarme. Si no me siento creo que me voy a desmayar de cansancio. Me la pasé trabajando todo el día, yendo de acá para allá, y ahora quiero viajar sentado, volver a casa sentado. Es inhumano. Viajar así es inhumano. Esto debe estar haciéndome mal a la salud. Me está sacando años de vida. Toda esta gente que viaja todos los días en colectivo seguramente se va a morir joven. Porque además todo este tiempo estás respirando monóxido de carbono, que te va haciendo mierda de a poco los pulmones. Cuando en algún tiempo futuro estudien esta época, se van a horrorizar ante cosas como esta. Algún profesor de historia les dirá a sus alumnos: "Viajaban todos los días, dos veces por días, parados y apretados en estos medios de transporte, para ir a trabajar todos al mismo lugar.
ALUMNO -¿Todos al mismo lugar?
PROFESOR -Así es.
ALUMNO -¿Y por qué tenían que trabajar todos en el mismo lugar? ¿No existía Internet? ¿No existía el teléfono?
ALUMNO 2 -No debía existir todavía.
PROFESOR -Sí, ya existía todo eso. Pero estaban acostumbrados así. Pasaron como trescientos años antes de que se dieran cuenta que podían estar cada uno en su casa, como estamos nosotros ahora tomando esta clase. Sí, Giménez.
ALUMNO 3 -¿Eran boludos o qué?
PROFESOR -Tan boludos como nosotros ahora, Giménez. Lo que pasa es que antes eran boludos todos juntos y ahora somos boludos cada uno en su casa."

En seguida sale algo.

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